jueves, 15 de octubre de 2009

ORGANIZACION Y RESISTENCIA

Desde la llegada del africano a Colombia en condición de esclavo, los hombres y mujeres han buscado de forma individual y colectiva la libertad. Ante la cruel estructura esclavista, en los puertos de embarque se lanzaban al mar desde las galeras de los barcos, escapaban de los mercaderes y compradores, muchas veces las mujeres acudían al aborto provocado para que sus hijos no nacieran esclavos, pero las mayores formas de rebeldía son el cimarronismo y la constitución de los palenques.

CIMARRONES Y PALENQUES

Se le llama cimarrón a toda persona que rechazando la esclavitud escapa de sus amos y se interna en la selva, en las montañas en busca de libertad. Los cimarrones fueron perseguidos con jaurías de perros amaestrados para tal efecto, y si los capturaban los castigaban con mutilaciones o los condenaban a muerte como escarmiento para todos.
Los palenques son lugares, escogidos de acuerdo a la topografía del terreno y bien defendido por fosos, trampas y empalizadas, ellos sirvieron no sólo como lugar de entrenamiento, provisión y descanso para la acción de lucha de los cimarrones sino; como lugar de refugio para cuantos deseaban unirse a la causa de libertad. Eran sitios estratégicamente ubicados para la defensa, seguros y con terrenos cultivables. Se llamaban así por estar rodeados de empalizadas, púas envenenadas, fosas y trampas.
Los palenques se convirtieron en la realización del proyecto histórico de libertad. A partir de ellos los cimarrones se organizaron creando una nueva forma de vida, una verdadera república independiente desde donde se hacen fuertes con autoridades, organización propia, y trabajan por la conservación de la lengua, religión, música, bailes, costumbres que poco a poco mezclaron con la de los indígenas y blancos según el lugar donde se diera su presencia.

EL PALENQUE DE SAN BASILIO

Entre los palenques de Colombia, el más significativo es el de San Basilio por haber sido el primer lugar libre de Colombia y de América Latina reconocido por la corona española, se considera heredero de la lucha iniciada por Benkos Biojó en el palenque de la Matuna.
Se encuentran referencias históricas de la capacidad guerrera y el liderazgo de Benkos Biojó; atacaba las haciendas dejando libres a los esclavizados, por eso hombres y mujeres se unían con entusiasmo a su ejército. La rebelión se extendió por una amplia zona y Biojó en ruta de guerra se pasea por Cartagena desafiando a los españoles. Los peninsulares le reconocen su poderío militar y buscan una negociación pacífica. Se suspende la guerra y aceptan a los cimarrones libres con la condición de que no reciban más esclavos fugados. El gran Rey Benkos Biojó logra ser reconocido y respetado por los propios cimarrones y los españoles. Mientras era terrible con los soldados esclavistas, en el palenque se transformaba en un gran padre, conciliador, que con inteligencia solucionaba los conflictos internos.
En su lucha por la conquista de la tierra, los cimarrones contaron con el apoyo de algunos "doctrineros" como el Padre Baltasar de la Fuente de Turbaco y Tesorero de Cartagena a quien los cimarrones de Sierra María encargan de negociar por ellos ante las autoridades, y viaja a España para presentar su detallado memorial, regresa a la ciudad heroica en 1.692 portando la real cédula, llamada también cédula del perdón, con instrucciones detalladas a favor de las peticiones de los cimarrones.
Otro padre fue Miguel del Toro de Tenerife (Magdalena), quien ante la situación en que se encontraban los cimarrones a quienes atendía espiritualmente, entre los años 1780 y 1788, acudió a la audiencia de Santa Fe y por su medio consiguieron libertad y tierra para cultivar junto a la Ciénaga de Santa Marta.
En uno de los tantos combates de los cimarrones con el ejército español, los primeros tomaron como rehén a Francisco de Campo, segundo hombre de la expedición española. Las autoridades españolas se vieron forzadas a buscar un arreglo amistoso y se firmó la famosa CÉDULA DE PERDON en el año 1.713. El rey de España les concede la libertad absoluta y la propiedad sobre un determinado territorio donde desarrollar su propia cultura, economía, política, lengua, y religión. Este palenque subsiste hasta hoy.
La resistencia de los esclavizados no cesó de manifestarse durante cuatro siglos con levantamientos, rebeldías, inteligencia y organización. En todos los sitios de explotación esclavista se vivieron levantamientos que muchas veces obedecieron a planes que implicaban la acción conjunta y alianzas con los indígenas con el fin de vencer a los blancos explotadores.
Otros palenques dirigidos por líderes cimarrones se dieron en:
Zaragoza en 1.598, 1.626 y 1.659
Cartagena en 1.600, 1.619, 1.650, 1.663, 1.696 y 1.799
Montañas de María dirigido por la Negra Leonor en 1.633
Sierras de María por Domingo Criollo y Pedro Mina en 1694
Norosí y Serranía de San Lucas dirigidos por Juan Brun y Cunaba en 1.694
Sierras de Luruaco dirigido por Domingo Padilla y Francisco Arará en 1.693
Montañas de Coloso y Tibú por Domingo Criollo en 1.684
Marinilla, Rionegro (Antioquia) y Giradora en 1.706
Tadó (Chocó) en1.728
Guayabal de Síquima (Cundinamarca) en 1.731
Tocaima (Cundinamarca) en 1.758
Río Yurumangui y Cali por Pablo en 1.772
Cartago y Cerritos por el Negro Prudencio, en 1.785
Río Saija (Valle) en 1.819.
Santa Marta fue quemada por los cimarrones de la Ramada en 1.554, en Cartagena intentaron algo similar en 1.621. También se tiene noticia de una revuelta de serias proporciones que tuvo lugar en el río Saija, en 1821: Los esclavos quemaron los campos mineros y huyeron al litoral

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